Le temo...


Le temo a las cuatro de la tarde,
No es como otros habituales temores humanos,
Es un temor muy empalagoso,
Y al mismo tiempo es desafiante.

Le temo a ese momento
Porque el café se brinda a esa hora,
Y el olor quiere integrarse a mi ser.

Le temo mucho cuando estoy solo
Porque empiezo a pensar
En el regreso a casa que solía tener.

Le temo desde las cuatro 
Hasta pasadas las seis,
Porque es la hora en el que sol desciende,
Se esconde y duda de la montaña
Que escogerá para ocultarse.
Le temo porque entre esas horas
Esa luz ya no es cálida,
Son vestigios de lo vivido en el día.

Esa misma luz que ahora no siento,
A pesar de estar desnudo en pleno centro,
Es la luz a la que ahora le temo.

Así sucede todos los días,
Por eso prefiero estar en cualquier lugar
Menos en el mundo,
Prefiero estar ocupado en mis melomanías
O incluso en mis quijotadas,
Pero no quiero vivir esa hora.
O quiero que dure un segundo,
O que dure un pestañeo, o un aplauso solitario.

Pues sí, le temo porque es el momento en que la recuerdo,
Y el recuerdo nunca es buen consejero.

Otaner

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estoy buscándote a ti

Ensayo sobre el Silencio

Oración a la Vida