...aquel que escribe...

La vida es un manojo de flores, Es el instante entre un beso y el siguiente, Puede ser una luz tenue con un mensaje oculto, Una lágrima y una sonrisa breve. Es un arcano complejo, Es un sendero de piedras y de sombras, Es una gota que se desliza por la espalda, Es el vuelo circular de una alondra. Es la mirada dentro de otra mirada, Es la puerta entreabierta, Es los ojos soñadores, Es esa pregunta sin respuesta. Es la caricia que da cosquillas, Es palabra que se repite pero nunca suena igual, Es la espera de la lluvia, Es una hermosa noche en soledad. Es todo lo que ya se ha dicho, Es todo lo que se puede adivinar, Sin embargo sigue siendo el misterio Que despierta todos los días mi curiosidad. La vida es un acorde, Una imagen en la inmensidad, La vida es el corre-corre, Sabiendo que en algún lado hay que parar. La vida es un átomo que se disuelve En el líquido néctar de la brevedad, La vida es un acto de reflexión leve Que sin ropa o sin lente Sin duda hay

(siempre con la canción oportuna) Yo he sido un hombre que ha conocido sombras. Hombre despierto al pie de sus palabras, en espera de ese algún día que viene de puntillas dentro de veinte años, que no viene, o que puede rodarnos por entre las falanges. Tu soledad me abriga la garganta y tu silencio me anda en los bolsillos. Tu mirada me espanta. Yo he sido un hombre rural y ciudadano, cenizo como los cielos de los noviembres lúgubres y claro como tu risa de voz de pájaro. Hombre de buenos encuentros y todavía mejores despedidas. Hombre de tantos episodios como caminos usa el pensamiento. Yo he sido un hombre deshabitado, transcurrido, alma en pena de costas que muelen sus arenas cuando no quedan cuerpos que abrasar, cuando el sol ya no muerde porque sigue su fuga y su almanaque. Yo he sido un hombre que canta su identificación para mañana, ráfagas de ciclones, polvo de sus zapatos. Yo he sido un hombre que no tiene otra cosa que decir que la más vieja búsqueda, regre

Como un cuadro a blanco y negro Retratando una silueta pícara y tierna, Como una lluvia de las seis de la tarde, Que resbala la ventana de mi celda. Como el sol que se aleja de mi cama Dejando un rastro de sudor y calor Como la luz que se pierde en la noche La que dejo cuando se va el amor. Como la luna que se pierde solitaria, Y da la vuelta a su cara en el cielo, Como la estrella que, aunque lejana Me acaricia con su suave anhelo. Como cada pedazo de estrofa teñida Del color que miran mis ojos Como el dulce sabor de mis logros Cuando los alcanzo y me dan vida. Así te veo, Así te alejas, Así me divides, Así me deseas, Así estoy aquí. Otaner

From childhood’s hour I have not been As others were—I have not seen As others saw—I could not bring My passions from a common spring— From the same source I have not taken My sorrow—I could not awaken My heart to joy at the same tone— And all I lov’d—I lov’d alone— Then—in my childhood—in the dawn Of a most stormy life—was drawn From ev’ry depth of good and ill The mystery which binds me still— From the torrent, or the fountain— From the red cliff of the mountain— From the sun that ’round me roll’d In its autumn tint of gold— From the lightning in the sky As it pass’d me flying by— From the thunder, and the storm— And the cloud that took the form (When the rest of Heaven was blue) Of a demon in my view— Edgar Allan Poe

Voy detrás de una estrella De puntas brillantes y centellas, Para cruzar este mundo Que, aunque pequeño sólo es grande y profundo. Voy detrás de cada palabra, Que hace más magia que un abracadabra, Que hipnotiza y se convierte en mirada, Aquella que descompone mis cuentos de hadas. Voy detrás de la noche, Para pintarla y abrir sus broches, Para enamorar a su luna, A esa pícara nocturna que esconde mi fortuna. Soy coleccionista de misterios, Los escondo en mi cautiverio, Los guardo en mi caja de fondo roto, Los que exprimo y luego los boto. Voy detrás mi sombra Y de la voz que mi alma nombra, Me gusta perderme en su reflejo, Es ahí donde guardo mi alma que protejo. Voy detrás de ti, Y es casi como ir detrás de mí, Te espero, Y eso es justo lo que quiero. Otaner