"Ojala que los hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan"...
Una mañana me despertó esa melódica frase con una guitarra que me parecía unos cristales rompiéndose suavemente. Yo dormía en la cama de mi hermano, él creció con los últimos vestigios de las revoluciones comunistas y le gustaba escuchar música "protesta" en la mañana en una radio marca International color rojo con una sola casetera, el botón de retroceso no servía, así que era necesario "voltearle" y adelantarle para escuchar algo que ya había pasado. Desde luego Ojalá era la primera canción del lado A, y era propicio comenzar ese Lunes de Escuela con la voz del cubano que en ese momento me pareció mágico -aunque no supe bien quien era sino hasta luego de un par de años-... en fin, me imaginaba como las hojas caían a un cuerpo de una mujer desde arriba; logré imaginar un disparo de nieve con un rifle largo para que aguante las balas de nieve (según yo); imaginé el camino cansado, sólo tengo la imagen en mi mente pero no sé cómo explicarla; pude imaginar la Luna sa...