La Quinta



Como parte de un reflejo
Cada rostro se entremezcla en mi pupila,
Y el desgarrador sonido de su impacto
En mi mirada
Crea siempre una nueva forma de observar.

Oh mujer, ya me has mostrado tu pecho,
Ya me has mostrado tu celo,
Me has mostrado tu hombro,
Has revelado tu olor,
Mi olor ya fundido con el aire que hoy es violento,
Permíteme ahora mostrarte mi reloj.

No se trata de rompecabezas,
No se trata de un resplandor,
Es sólo que el calor de tus mejillas,
Me dice que puedo nutrir mi respiración.

En un abrazo todo se funde,
En un compás no existe el temor,
La melodía que es intensa, me propone y me cubre,
Con su travesura rítmica,
A despertar mi emoción.

Este verso como el último compás
Que todavía no puedo adivinar,
Es el llamado para el niño con su sombrero,
Es el lamento de nunca decir un adiós.

Otanero

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estoy buscándote a ti

Ensayo sobre el Silencio

Oración a la Vida