Navegando en mi mente


El encuentro con la felicidad es un encuentro sutil
Y aunque todo parece que se desvanece a pesar de los esfuerzos
Hay algo que queda sólido y se hace fuerte por sí solo.
He descubierto que sólo necesito dos verdades fundamentales:
Aprender a dejar fluir y
Aprender a decir no,
Estos dos aprendizajes me hacen entender que el rumbo está tomado,
Y que lo que te quiere alejar del camino no debe tener cabida,
Desde luego no significa que no se deba cultivar la flexibilidad,
Sobre todo la de la mente junto con la del espíritu.
Navego por las partes de mi cuerpo a través del contacto con mis sensaciones,
Mis piernas me indican el peligro 
Y sus movimientos repetitivos el corre-corre de una situación.
Mi pecho se llena de aire y no sale de ahí hasta que saque la palabra correcta,
Mis labios se muerden para salivar el dolor y demostrarlo
a pesar de la posibilidad de burla.
La cuarta cuerda de mi compañera musical se está rompiendo frecuentemente,
Es una vibración que no puedo afinar y al parecer tampoco comprender,
Esa es tocada con mi mano izquierda, como símbolo de no ser ingenuo.

El navegante de sueños de musas doradas y plateadas en el que me he convertido
me despierta a altas horas de la madrugada para poetizar mis dudas
y el erotismo frenético me muestra la luz de mis pensamientos más puros.
He aprendido a susurrarme lo poderoso que soy tanto a nivel del mar
como en la más bella y alta montaña.
El encuentro de la felicidad es un encuentro sutil,
¿Para qué estropearlo con universos paralelos?
¿Para qué sólo dejarse llevar por el dolor?
Es mejor mirar al cielo, encontrar nubes, soles, lunas, arco-iris,
Encontrar al sumo creador, a la lluvia refrescante,
Y al amor que siempre estuvo ahí en la espera de la caricia.

Pececito que todavía no sabe navegar a otras aguas,
Ave migratoria que todavía no ha volado en cuevas,
Hormiga exploradora que no ha aprendido a regresar a casa,
Ese es el ser humano que ahora sabe nadar, volar y regresar.
Ese ser humano que con piezas de legos o de cubos de Rubik
Va armando su destino ya decidido por él mismo antes de llegar.

Pues sí, ese soy yo.
Y estoy siendo el mejor ser humano que hoy puede brillar.
Y ser.

D

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