Aprendiendo...
De la crisálida, a esperar para salir en vuelo. De un niño, a olvidar lo que pasó ayer y a jugar sin reglas. De una burbuja de jabón, a desaparecer sin resistencia. Del pasado, a vivir el presente. Del futuro, no hay nada que aprender del futuro. De un anciano, que cada instante cuenta y no hay posibilidad de desperdiciarlo. De una montaña, a ser fuerte en la soledad. De una sonrisa, la sonrisa en sí. De la piel, que hay que dejar besarse. De las hormigas, a trabajar en equipo. Del Sol, a dar, a dar, a dar. De la Luna, a brillar, sobretodo en la obscuridad. Del péndulo, que siempre existe ritmo. De la noche, que hay que cerrar los ojos para poder ver el nuevo día. De mis mascotas, que siempre hay que dar amor para recibir. Del miedo, ¡Todo se aprende del miedo cuando lo enfrentas! Del río, a fluir y saber que te juntas con algo inmenso. Del ave, a volar y disfrutar el vuelo. De la música, que la vida tiene ritmo, compás, tono, brillo, profundidad, energía. ... y ...