Se rompió la botella del mensaje...
Hola nuevamente, después de re-leer por casi más de 30 veces mi anterior mensaje después de haberlo enviado, me di cuenta que entrelíneas me faltaron muchas cosas por decir, recordar, recalcar y considerar....
Para empezar el medio de envío no fue el que más me gusta, el Internet acorta distancias, pero no facilita la sorpresa, me hubiese gustado usar algo como una botella con un papel amarillento e histórico en su vientre y tapado con un corcho difícil de destapar... o como una carta que demoró la travesía de un barco por el océano que fue sellada con cera por un sello con marca de una clave de sol... o todo eso junto.
Sospecho que en el anterior mensaje dejé un interés especial por saber como me hice a la música, como llegue a la trova y como me enamoré de todo aquello... lamentablemente creo que ese interés permanecerá así, ¡lo siento!, ni yo mismo sé como sucedió eso.
La música es tan misteriosa como el tránsito en el camino de las hormigas, la música es tan combatiente como un pajarito defendiendo sus crías, o tan luminosa como un extenso campo de maíz, y tan compleja como las fibras de una invisible tela de araña.
Si no te enamoras con música, es como si bebieras agua y siguieras teniendo sed, es como caminar y no ir a ningún lugar, es como dar un beso y no prometer nada, por eso me acuerdo mucho de una referencia de Gabriel García Márquez en la introducción de el disco Pablo Querido de Pablo Milanés: "una casa sin puertas ni ventanas, una casa ambulante", eso es mi música...
Con pesar debo reconocer que me gustaba escuchar a Ricardo Morales (más conocido como Arjona), un falso profeta musical de nuestros tiempos; que podía hacer yo si él se hace de las confusiones del mundo y aparte las revuelve más?, recuerden que al principio yo no sabía ni escribir, ahora les cuento que en ese tiempo tampoco sabía escuchar.
Pues si, escucharle a este "man" también me hizo diferenciar la música chatarra de la fundamental y necesaria, así también ahora diferencio la comida nutritiva de la otra (soy vegetariano, no se asusten!).
Gracias a mis compañeros del colegio de Sexto Curso: Juan, Lucho, Daniel y Pancho -las malas compañías son las mejores (Joaquín Sabina)-, tuve una guitarra en las manos y no tienen ni idea lo rico que es tener unas curvas tan delicadas encima de mis piernas, un pubis tan sonoro en mis dedos y unas cuerdas tan brillantes como resonantes cerca de mi corazón, eso es una guitarra, como una barca en medio del naufragio de las estaciones de radio, como una niña inquieta que esconde miles de sensualidades y ricos placeres musicales, de hecho ella me está mirando mientras escribo esta cartita.
Aprendí a poner el primer acorde "Do mayor" luego "La menor", el "Fa Mayor" era difícil porque tenia que poner "puente", ahora con orgullo y con sinceridad puedo decir que conozco más de 80 acordes distintos y más de 500 canciones, pues si, hace unos días hice un inventario antes de comenzar a escribir esto... la cantidad no importa... importa que al menos una canción hace que alguien me recuerde a lo lejos, aunque sólo me recuerde y luego me vuela a olvidar, eso es un acercamiento a la inmortalidad sin gloria.
Si, desde luego Silvio Rodríguez ha sido el inicio y fin, y nuevo comienzo de mis andanzas musicales, busqué su música por todo lado y me declaro Silviófilo, no fanático, ni me muero por él, simplemente Silviófilo, suspiro con lo sencillo y vibro con lo emotivo de su ser, él es pues el Poeta de la Revolución.
Sentí una gracia interesante al enterarme que el "Che" no reconocía el ritmo ni el tipo de música; si yo hubiese estado allí le habría enseñado todo lo poco que se, aunque pensándolo mejor... él vivió con cubanos, educó a cubanos, curó a cubanos y no aprendió nada de lo pachanguero, ¿Qué hubiese podido hacer yo?
Entrelíneas les recalco que no vuelvo a prometer nada de nada, no creo que llegue a ser más ser humano, no creo que llegue a ser más perfecto, pero estoy seguro de "Ser".
Gracias por darme un poco de su tiempo (ese en el que no creo), que me lean me hace creer en lo nuevo.
Y claro! si quieren escuchar mi música con mucho gusto se las paso, se las grabo o se las canto, mi voz es muy pequeña, pero algo de mi sentir es gigante.
Aprovecho la oportunidad para agradecerles por los comentarios enviados anteriormente.
Para empezar el medio de envío no fue el que más me gusta, el Internet acorta distancias, pero no facilita la sorpresa, me hubiese gustado usar algo como una botella con un papel amarillento e histórico en su vientre y tapado con un corcho difícil de destapar... o como una carta que demoró la travesía de un barco por el océano que fue sellada con cera por un sello con marca de una clave de sol... o todo eso junto.
Sospecho que en el anterior mensaje dejé un interés especial por saber como me hice a la música, como llegue a la trova y como me enamoré de todo aquello... lamentablemente creo que ese interés permanecerá así, ¡lo siento!, ni yo mismo sé como sucedió eso.
La música es tan misteriosa como el tránsito en el camino de las hormigas, la música es tan combatiente como un pajarito defendiendo sus crías, o tan luminosa como un extenso campo de maíz, y tan compleja como las fibras de una invisible tela de araña.
Si no te enamoras con música, es como si bebieras agua y siguieras teniendo sed, es como caminar y no ir a ningún lugar, es como dar un beso y no prometer nada, por eso me acuerdo mucho de una referencia de Gabriel García Márquez en la introducción de el disco Pablo Querido de Pablo Milanés: "una casa sin puertas ni ventanas, una casa ambulante", eso es mi música...
Con pesar debo reconocer que me gustaba escuchar a Ricardo Morales (más conocido como Arjona), un falso profeta musical de nuestros tiempos; que podía hacer yo si él se hace de las confusiones del mundo y aparte las revuelve más?, recuerden que al principio yo no sabía ni escribir, ahora les cuento que en ese tiempo tampoco sabía escuchar.
Pues si, escucharle a este "man" también me hizo diferenciar la música chatarra de la fundamental y necesaria, así también ahora diferencio la comida nutritiva de la otra (soy vegetariano, no se asusten!).
Gracias a mis compañeros del colegio de Sexto Curso: Juan, Lucho, Daniel y Pancho -las malas compañías son las mejores (Joaquín Sabina)-, tuve una guitarra en las manos y no tienen ni idea lo rico que es tener unas curvas tan delicadas encima de mis piernas, un pubis tan sonoro en mis dedos y unas cuerdas tan brillantes como resonantes cerca de mi corazón, eso es una guitarra, como una barca en medio del naufragio de las estaciones de radio, como una niña inquieta que esconde miles de sensualidades y ricos placeres musicales, de hecho ella me está mirando mientras escribo esta cartita.
Aprendí a poner el primer acorde "Do mayor" luego "La menor", el "Fa Mayor" era difícil porque tenia que poner "puente", ahora con orgullo y con sinceridad puedo decir que conozco más de 80 acordes distintos y más de 500 canciones, pues si, hace unos días hice un inventario antes de comenzar a escribir esto... la cantidad no importa... importa que al menos una canción hace que alguien me recuerde a lo lejos, aunque sólo me recuerde y luego me vuela a olvidar, eso es un acercamiento a la inmortalidad sin gloria.
Si, desde luego Silvio Rodríguez ha sido el inicio y fin, y nuevo comienzo de mis andanzas musicales, busqué su música por todo lado y me declaro Silviófilo, no fanático, ni me muero por él, simplemente Silviófilo, suspiro con lo sencillo y vibro con lo emotivo de su ser, él es pues el Poeta de la Revolución.
Sentí una gracia interesante al enterarme que el "Che" no reconocía el ritmo ni el tipo de música; si yo hubiese estado allí le habría enseñado todo lo poco que se, aunque pensándolo mejor... él vivió con cubanos, educó a cubanos, curó a cubanos y no aprendió nada de lo pachanguero, ¿Qué hubiese podido hacer yo?
Entrelíneas les recalco que no vuelvo a prometer nada de nada, no creo que llegue a ser más ser humano, no creo que llegue a ser más perfecto, pero estoy seguro de "Ser".
Gracias por darme un poco de su tiempo (ese en el que no creo), que me lean me hace creer en lo nuevo.
Y claro! si quieren escuchar mi música con mucho gusto se las paso, se las grabo o se las canto, mi voz es muy pequeña, pero algo de mi sentir es gigante.
Aprovecho la oportunidad para agradecerles por los comentarios enviados anteriormente.
Yo también estoy agradecido... Aquel que escribe... ¿Qué sería de nosotros sin una guitarra?
ResponderEliminarMe permito ponerte en mis enlaces.
Gracias pana, recién leo el comentario, decidí leer todo el post y vaya que dije muchas cosas fuertes !!!
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