Aquel que escribe

La sonrisa más tímida es la que más secretos guarda,
Y cuando la veo, más que curiosidad me da picardía,
Entonces prefiero perderme en la misma mirada
Que aprendí a ver y beber cuando me busca en su día.

Y sé que puedo ser un ángel con unas alas a medio abrir,
Sé que también soy un suspiro, un respiro, algún gemido,
Un perro grande y fuerte al que se le olvidó su ladrido
Para ser faldero cuando me llama y me pide que este allí.

Y sé también que a veces me convierto en una sombra,
En un libro abierto al que se le borró la tinta de sus hojas,
Una blanca pared de grafiti repintada que una frase aloja,
Un pedazo de piedra de oro perdida debajo de la alfombra.

No puedo saber si esto que siento hoy debe ser prohibido,
No quiero saber si los manojos que escribo no son leídos,
No es posible que nadie conozca mi alma sin sentir vacíos,
No quiero encontrarla, amarla y luego dejarla sin sentido.

No quiero enseñar ni sentir el abandono de una guitarra,
Prefiero antes perder la agudeza de las yemas de mis dedos

Y volver a buscar la magia con la que espero mi enredo

De sus brazos traviesos que de mí una lágrima desgarran.

Y la solitaria Luna siempre testigo de nuestras palabras,

Nos mira, mira al cielo y nos manda su soplo de ternura,

Soplido que siento, estremece y me vuelve una caricatura

Pintada siempre sobre cada canción que abría mi alma.

Hay cosas que sé, hay cosas que no sé, 

Hay cosas que no sé qué sé y hay cosas que no sé qué no sé. 

No he perdido mi bendito hábito 

De robarme todo aquello que considero mío

Ni de crear un nuevo ritmo al final del código de giro.

Otaner (aquel que escribe)

Imagenes:

Vassilis Tangoulis

- Lost in Time

- Distorted dreams