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Tiempo y Silencio

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Una casa en el cielo Un jardín en el mar Una alondra en tu pecho Un volver a empezar Un deseo de estrellas Un latir de gorrión Una isla en tu cama Una puesta de sol Tiempo y silencio Gritos y cantos Cielos y besos Voz y quebranto Nacer en tu risa Crecer en tu llanto Vivir en tu espalda Morir en tus brazos Una casa en el cielo Un jardín en el mar Una alondra en tu pecho Un volver a empezar Cesaria Evora / Pedro Guerra

Despertémonos

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Se puede navegar por muchos océanos, Caminar por muchas tierras, Volar por muchos cielos,   Recordar muchos pasados, Soñar muchos futuros.   Todo puede pasar en un instante en la mente de quien busca despertar, y no encuentra la mejor manera de hacerlo.   Se puede observar muchas miradas, Escuchar miles de historias y frases con sentido, o sin él, Degustar alimentos dulces, salados, agrios, cítricos, picantes o desabridos, Olfatear los rincones amaderados, quizás húmedos, como también los campos frutales y de rosas, Tocar cuerpos calientes, tersos o suaves.   Descubriendo en cada instante Que las sensaciones de los sentidos son tan efímeras y pasajeras, Como los rayos de luz que iluminan en cada momento un objeto diferente.   Se puede contemplar la tierra y sus horizontes, El aire con sus brisas y vendavales, El fuego con sus destellos y su calor, El agua con su fluir y su caricia mojada.   Todo sucediendo e...

Llegaste...

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Tanto tiempo caminando, y me encuentro ahora recordando, Lágrimas rodaron de mis ojos, las limpié más de una vez, Tengo alguna marcas que han quedado en mi sonrisa en estos años, Y también recuerdos tan bonitos que el tiempo no borró. ¡Quién diría que vendrías sin decir que lo harías! Porque nunca es tarde para enamorarse. Llegaste, Sentí en mi boca un te quiero, Como un dulce de caramelo, Necesitaba un amor sincero. Llegaste, Y oí de tu boca un te quiero, Porque para amar siempre hay tiempo, Necesitaba un amor sincero. Y ahora que conozco los caminos que me llevan a tus brazos, Ahora que el silencio es caricia que me da felicidad, Tu y tu sonrisa iluminan mi vida y mis espacios, Llega tu dulce sonrisa diciendo "me voy a quedar". ¡Quién diría que vendrías sin decir que lo harías! Porque nunca es tarde para enamorarse. Roberto Carlos

Me basta

Me basta el sol, si en tu mirada se refleja y viene a mí. Me basta el día, si es contigo y soy feliz. Me basta el silencio, cuando es tuyo y significa comprensión. Me basto yo, si tú me quieres como soy. Me basta tu paso, si el camino es de los dos Me basta tu tiempo, y en esta espera no hay dolor. Me basta tu vuelo  para llegar hasta el cielo, Y si no llego no me importa Pues lo llevo en mi interior, Desde que te basto yo. Mexicanto

También quiero verte

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También quiero verte, Pero no solo para curar el capricho de la mirada, No solo para revestir el cuerpo con el abrazo, Ni siquiera para cumplir con las promesas del amante. También quiero verte, Ya no para darle nombre a esa emoción inquieta de las manos, Mucho menos para medir la intensidad de tu sonrisa, ¡Ni lo pienses! No tiene que ver con las razones que nos han enseñado. Sí, también quiero verte, Para producir ese sueño más allá de los deseos, Para combinar, aquellos nuestros saberes ancestrales, en canciones del medio día. Para saborear el instante del encuentro del mismo modo que se saborea el agua que quita la sed. También quiero verte, Para encontrar el espejo de mi alma que duerme y sueña en porqués, Para arpegiar tus palabras en dulces sonoridades, iguales a la armonía de tu voz, Para darme el permiso de ser yo y ser la amalgama que fortalece tu flor. Quiero verte, Verte, Beberte, Embriagarme, Abrigarme, Todo esto en el mismo segundo de tu propio querer. Otaner Ilustración: ...

Oda a la Crítica

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Yo escribí cinco versos: uno verde, otro era un pan redondo, el tercero una casa levantándose, el cuarto era un anillo, el quinto verso era corto como un relámpago y al escribirlo me dejó en la razón su quemadura. Y bien, los hombres, las mujeres, vinieron y tomaron la sencilla materia, brizna, viento, fulgor, barro, madera y con tan poca cosa construyeron paredes, pisos, sueños. En una línea de mi poesía secaron ropa al viento. Comieron mis palabras, las guardaron junto a la cabecera, vivieron con un verso, con la luz que salió de mi costado. Entonces, llegó un crítico mudo y otro lleno de lenguas, y otros, otros llegaron ciegos o llenos de ojos, elegantes algunos como claveles con zapatos rojos, otros estrictamente vestidos de cadáveres, algunos partidarios del rey y su elevada monarquía, otros se habían enredado en la frente de Marx y pataleaban en su barba, otros eran ingleses, sencillamente ingleses, y entre todos se lanzaron con dientes y cuchillos, con diccionarios y otras armas...

La Mariposa Verde

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Aparece volando en mi jardín, Abre mis ojos con su color de esperanza. La veo, la admiro, la pienso, La siento como una soledad lejana. No está quieta y es nerviosa, Dejan brillos y destellos sus aleteos, Como migas de pan en el camino, Camino nunca transitado de mis deseos. Duerme vestida con la desnudez del abrazo. Sueña despierta con la calidez de mis pasos. Aunque su peregrina mirada  Se abate y se esquiva de mi rostro, Sé que me mira airada, Reflejándose tímida en mis ojos curiosos. Sus antenas me encuentran, ¿O será que le gusta dejarse encontrar? Desde lejos ubico su saeta, Y admirándola de lejos aprendo a volar. No evapores mi agua y yo no apago tu fuego, Es el acuerdo sin palabras que tenemos. Invitada de honor en mi Edén, A veces descansa con sus alas abiertas, Creo que la he visto volverse hada, Cuando con aquella caricia se despierta. Otaner

Sucedió hace un segundo

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A veces llega un momento en que todo se calla, pero no porque haya necesidad de silencio, es más bien un abandono, y me aterra profundamente. Busco entre las caras cotidianas para ver si ese supuesto silencio es temporal, y al no encontrar respuesta mi ansiedad crece como espuma. No sé por qué puedo sentir que hay un aprovechamiento de mis palabras, que cuando no tengo nada que decir el alejamiento se produce. Me entristece y hace que haya muchas preguntas alrededor. ¿Acaso me he enmarcado en un mundo muy objetivo, que sólo es regido por preguntas y respuestas? ¿Acaso cuando mis sentimientos afloran no pueden ser entendidos? ¿Ni siquiera por mí? Es entonces cuando el piso realmente se me mueve, y me vuelvo un manojo de emociones. Busco en las entrelíneas de mi vida esos mensajes ocultos, algunos reales, otros inventados. Pero me quedo sin capacidad de comprenderlos. Dejo fluir, ¡y vaya que lo hago! Pero la razón me pide cuentas, y no sé qué responderle. Las mujeres que adornan mi vida,...

Viejos amores

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Vienen a visitarte de tanto en tanto, Ellos solos se anuncian en un sueño liviano, juntan las manos. Son los viejos amores que te recorren, laberinto de flores, aunque no los nombres. Tienen forma de aire y dos aromas de siempre conocidos. Nadie puede cambiar la música de sus palabras. Son los viejos amores que se aparecen sin querer, de repente, aunque no los nombres. Esos que te rescatan de algún abismo, los que dan la sonrisa, llaman esta mañana  domingo por la ventana. Son los viejos amores que están adentro, siempre latiendo, aunque no los nombres León Gieco (Bandidos Rurales - 2001)

Encuentros

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Como dos niños sentados en la arena, Como dos olas de mar que se solapan, Como dos hojas secas arrastradas por el viento, Así son nuestras miradas cuando se encuentran. Como dos mariposas en el jardín jugando,  Como el choque de dos nubes de lluvia, Como dos caudalosos ríos que se cruzan, Así en la tarde se enlazan nuestros labios. Como abeja y flor, como león y su presa, Cómo brindis de celebración de dos copas, Como segundero y minutero buscando su hora, Son nuestros cuerpos abrigándose en tormenta. Blanco buscado por el arco y la flecha, Con el mismo magnetismo de un imán, Como un barco perdido buscando su faro, Así son nuestros almas cuando se encuentran. Otaner